El juez Gallardo descubrió irregularidades en los registros de ingreso y egreso de cadáveres de cuatro hospitales porteños: Durand, Ramos Mejía, Muñiz y Rivadavia. Fue a raíz de una solicitud de la Procuración General para sepultar 23 cuerpos que llevaban años allí. El gobierno porteño recusó a Gallardo.
Luego de constatar irregularidades en los expedientes en los que se pidió la sepultura, el juez Gallardo allanó los cuatro hospitales y reveló la alarmante manipulación de los cadáveres. Entre los hallazgos había dos cuerpos de bebés identificados con el mismo nombre, miembros humanos desperdigados por las cámaras de frío, y cadáveres en avanzado estado de putrefacción. Además, los registros sobre la circulación de los cuerpos y su paradero no eran válidos, así que decidió allanar las otras dieciocho morgues de hospitales municipales, la Procuración General de la Ciudad y la Dirección General de Cementerios.
En tan sólo 6 de los 22 depósitos de cadáveres administrados por el gobierno de Mauricio Macri, hay 216 cadáveres desaparecidos, y hay numerosos cuerpos que se encuentran allí sin ningún registro –ni de identidad, ni de causas de muerte, ni de fechas de fallecimiento o ingreso a la cámara de frío-.
De las restantes dieciséis morgues no se llegó a analizar la información secuestrada porque, desde hoy, las actuaciones ya no podrán ser encabezadas por Gallardo. Al menos hasta que la Cámara de Apelaciones del fuero administrativo porteño resuelva qué hacer con la recusación.
Los vecinos de la villa 21-24 no conocen las caras de muchos jueces. La de Roberto Andrés Gallardo sí. Saben que si llaman al Juzgado Nº2 en lo Contencioso Administrativo y Tributario y piden una entrevista con Alicia, su secretaria, seguro los recibe. En un tono pausado y claro les explicará qué pueden hacer si una ambulancia no entró al barrio o si quieren exigir la urbanización que no llega. “Habla fácil”, dicen los vecinos.
Gallardo se ganó la confianza y respeto de los referentes barriales de la ciudad de Buenos Aires con hechos concretos. Hace dos años los feriantes bolivianos de la villa 1-11-14 lo llamaron a las tres de la mañana. El juez los atendió. El gobierno porteño quería reubicarlos en un galpón alejado. Ellos insistían con armar la feria en la calle Bonorino, como siempre lo hacen. Gallardo los calmó. “No se hagan pegar. No armen la feria que algo hacemos”, les dijo.
A todos los recibe en su lugar de trabajo. Su despacho no es la clásica oficina de un juez. Al lado de su escritorio hay tres banderas: la Argentina, la de la Ciudad y una wiphala, la insignia de los pueblos originarios. Gallardo trabaja rodeado de imágenes del Che Guevara, Salvador Allende, Jesucristo y el padre Carlos Mujica. Un banderín de Huracán también le da color al lugar, donde pasa más horas que en su casa.
Los vecinos que lo conocen saben que no es difícil sacarlo del encierro del despacho del juzgado, donde es titular desde hace 13 años. Cuando lo invitan a dar una charla en un barrio enseguida dice que sí. No tiene problema en compartir el almuerzo en un comedor popular.
Al gobierno de la ciudad le trajo varios dolores de cabeza. En 2005, se enfrentó a Aníbal Ibarra cuando el jefe de gobierno porteño pidió su juicio político por la clausura de La Rural, el cierre del casino flotante y el congelamiento de fondos de la ciudad para pagar subsidios. La causa se desestimó y Gallardo salió indemne.
Para recusar a un juez de primera instancia puede haber un motivo o no. El Código Civil y Comercial permite la recusación por “enemistad, odio o resentimiento que se manifieste por hechos conocidos”. Gallardo acumula 763 pedidos de recusación durante el gobierno de Mauricio Macri. Sin dudas es el enemigo número uno de la gestión oficialista porteña. El último enfrentamiento que tuvo fue en julio cuando declaró inconstitucional el veto de Macri a la ley porteña que regula el derecho al aborto no punible.
El martes pasado, cuando explotó un edificio en Rosario por un escape de gas y el país seguía el operativo de rescate por los medios, Gallardo estaba inquieto en su despacho. Había ordenado trece allanamientos en los hospitales porteños con morgue. Buscaba irregularidades en el ingreso de cadáveres.
«En una semana se hacen las audiencias. Los directores de cuatro hospitales, de las morgues y de anatomía patológica explicarían por qué no aparecen 70 cuerpos. Esperemos que aunque sea martes 13 este un poco más tranquilo todo», dijo el juez hace exactamente una semana.
No es fácil tener un día tranquilo para el magistrado, que supo ocupar durante 2 años un cargo en la Defensoría General Adjunta en materia Penal, Contravencional y de Faltas de la ciudad. Aunque no es supersticioso, parece que el 13 no es su número de la suerte. Las audiencias que se llevarían a cabo se suspendieron. Gallardo fue recusado por Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires una vez más.
fuente
A través de la Resolución 582/13 se reasignaron 40 millones de pesos que iban a los hospitales y a programas de desarrollo social y los asignaron al rubro de publicidad y propaganda...
MACRI = MÁS PUBLICIDAD, MENOS SALUD
post scriptum
Justicia Legítima repudió la recusación del macrismo al juez Andrés Gallardo
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