"Quienes desde la lealtad se atreven a pensar y disentir, se diferencian en mucho de aquellos que ocultan con la obsecuencia la traición. Y también aquellos que con el cuento de la verticalidad ocultan tanto el oportunismo para sacar tajada personal como la mediocridad mental del que no se atreve a pensar".

Dardo Cabo

viernes, 8 de julio de 2016

ABAJO EL VIRREY






Por Carlos Oviedo

200 años después de la declaración de la Independencia de nuestra patria, nos encontramos ante una nueva batalla que librar para defenderla, la de combatir al neoliberalismo cipayo que no sólo está empujando a nuestro pueblo al hambre y la desocupación sino que pretende reescribir la historia argentina, en función de los intereses que representa...


El mismo Mauricio Macri que se arrodilló, servil, ante el Presidente del imperio capitalista más voraz de la historia, pone en jaque la alianza latinoamericana que llevaron adelante Néstor y Cristina, asociándose a intereses foráneos que siempre vivieron como una amenaza la consolidación de un bloque regional fuerte.

Aquel 9 de julio de 1816 se consagró una larga lucha con precedentes históricos como la lucha de nuestro pueblo contra las invasiones inglesas de 1806 y 1807, la gesta de mayo de 1810, la Asamblea de 1813 que, entre otras cosas, decretó la abolición de la esclavitud y la lucha de nuestros héroes el General José de San Martín y Manuel Belgrano.

Hoy, dos siglos después de aquella gesta, el discurso del presidente por la conmemoración del bicentenario de la independencia argentina, paradójicamente no reafirmó la soberanía sino todo lo contrario: fustigó la decisión patriótica de independizarnos de España cuando, hablando en nombre de nuestros patriotas, les endilgó haber sentido "angustia" al tomar la decisión de separarse de España. Lo hizo ante la presencia del Rey de España, al que llamó "querido Rey". Angustia sí, de ver un gobierno tan obscenamente traidor a la patria. Al ver al Presidente pisotear nuestra historia. Al escuchar a un Ministro de Economía pedir perdón a España, por defender lo que nos pertenece.

Aquel 9 de julio esos hombres comprometidos con su tiempo y con su historia, no sintieron angustia, sintieron un enorme orgullo de ser argentinos, el mismo orgullo que sentimos quienes amamos nuestra patria, quienes la queremos justa, libre y soberana.

Hoy Mauricio Macri insultó nuestra historia, a nuestros héroes, a todos y cada uno de los que dieron su vida por la liberación, a cada argentino que siente la patria latir en su pecho. Se autoproclamó el nuevo Virrey de estas tierras, arrodillándose ante el monarca del país que nos sometió durante largos años a ser colonia, del que nos liberamos gracias a la lucha que hoy debía reivindicar. Ahora queda más claro por qué no juró por la Patria al asumir la presidencia.

La tristeza y la indignación son enormes pero ojo, que no se confundan, no estamos derrotados. Nuestros héroes siguen vivos en el corazón de cada argentino que lucha por la liberación de la Patria y, aunque hayan pasado dos siglos, la memoria histórica de nuestro pueblo es imborrable. Más que nunca reafirmamos que vamos a volver. Y venceremos. Porque, como dijo Cristina, la patria siempre vence.

PATRIA SÍ, COLONIA NO
ABAJO EL VIRREY









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