"Quienes desde la lealtad se atreven a pensar y disentir, se diferencian en mucho de aquellos que ocultan con la obsecuencia la traición. Y también aquellos que con el cuento de la verticalidad ocultan tanto el oportunismo para sacar tajada personal como la mediocridad mental del que no se atreve a pensar".

Dardo Cabo

viernes, 5 de septiembre de 2014

HOSPITALES Y VIOLENCIA






VIOLENCIA E INSEGURIDAD EN EL HOSPITAL SANTOJANNI

Un parche no es la solución


Esta semana nos han conmovido las noticias de inseguridad en la Escuela Técnica Delpini y en el Hospital Santojanni, ambas instituciones de las comunas 8 y 9 respectivamente. Estos hechos aparecen en la prensa después del asesinato de la joven Melina, que concurría a dicha escuela, y el desalojo del Barrio Papa Francisco, del barrio de Villa Lugano (Comuna 8), todo se desarrolla en el olvidado sur de la ciudad de Buenos Aires. Para los que no conocen, solo basta cruzar la Avenida Rivadavia al sur, que de alguna manera divide a la Ciudad.

Podríamos decir que en el sur de la ciudad, que además de las comunas 8 y 9 incluye las comunas 4 y 7, es la zona de nuestra Ciudad donde se presenta el mayor % de población N.B.I (necesidades básicas insatisfechas) y es la Comuna 8 donde se desarrollan la mayor cantidad de villas de emergencia y/o asentamientos, donde se da el mayor déficit habitacional.

La comuna 8, que incluye los barrios de Lugano, Soldati y Villa Riachuelo, no tiene un hospital dentro de su comuna, los pacientes de estos barrios deben concurrir al Hospital Piñero (comuna 8) o al Hospital Santojanni (comuna 9). Durante años, los habitantes de estos barrios, han peleado por la construcción de un Hospital de alta complejidad para Lugano, la Legislatura después de la presentación de miles de firmas promulgo una ley para que se construyera un hospital de mediana complejidad en Escalada y Castañares, allí el Gobierno de Macri construyó un “centro de salud grande”, no cumpliendo la ley y desoyendo el pedido de los vecinos.

Cabe aclarar que, en esta zona de la ciudad, hay 3 camas cada 1.000 habitantes, cuando en la zona del Hospital Fernández, por citar un ejemplo, hay 11 camas cada 1.000 habitantes. El promedio de la Ciudad es de 5 camas cada 1.000 habitantes. Por otra parte, la mortalidad infantil de estos barrios triplica a la de barrios de la zona norte (Colegiales, Nuñez, Belgrano) y, si se tomara esta mortalidad infantil como parámetro, podríamos afirmar que con decisión política se evitaría la muerte de mas 200 niños antes de cumplir el año de edad en nuestra Ciudad.

Sí, entendió bien, en nuestra Ciudad se mueren mas de 200 chicos por año antes de cumplir el año, cuya muerte puede ser evitada. Esto es lo que venimos denunciando desde hace años, sin embargo, no esta en la agenda del Gobierno de la Ciudad, no esta en la agenda de los partidos políticos más importantes y no esta en la agenda de los grandes medios de comunicación. Bienvenido que los grandes medios hayan descubierto la zona sur de la ciudad.

Todo lo dicho es para tratar de contextualizar como ocurren estos problemas de seguridad que, seguramente, son la consecuencia o la punta del iceberg de problemas que, como vemos, son mucho más graves y complejos. Hay cuestiones que son estructurales y que no se resuelven poniendo más garitas con gendarmes, ni tampoco desligándose del problema, echándole la culpa al Gobierno Nacional por el no traslado de la Policía Federal, tal como plantean Macri, Michetti, Larreta y Montenegro, que desconocen la Constitución de la Ciudad que plantea claramente que la seguridad pública de la ciudad es responsabilidad del Gobierno porteño. Ellos, irresponsablemente, se posicionan como relatores de la realidad, no como gobernantes responsables de la solución del problema.

También, esto muestra claramente el fracaso de la Policía Metropolitana y la política de seguridad de Macri y Montenegro, que con un presupuesto de más de 2.600 millones de pesos por año en materia de seguridad, no pueden instrumentar las medidas necesarias para cuidar una escuela o un hospital. La Metropolitana sí pudo llevar adelante acciones represivas contra médicos, enfermeras y pacientes en el Hospital Borda, ésta es la “ejemplar” Policía Metropolitana, de la que se vanaglorian Macri y sus funcionarios. Sin embargo, siempre según la particular interpretación de la ley que hace el Jefe de Gobierno, la protección de los usuarios y trabajadores de los hospitales públicos le corresponde a la Policía Federal, nunca más oportuna la frase “se miente más de la cuenta, también la verdad se inventa”.

Lamentablemente todos estos hechos siguen ocurriendo, mientras muchos periodistas no preguntan ni repreguntan, la verdad sigue oculta y el blindaje mediático de los grandes medios sigue funcionando.

Como estudiante y médico de guardia trabaje en el hospital Piñero durante los años 1980/1991, en los años 1986/1987/ 1995/1996, hice pasantías por los Centros de Salud del barrio Cildañez y en el Centro de salud N° 5 que funcionaba en el Elefante Blanco al lado de Ciudad Oculta; siempre presencié hechos de inseguridad y, a pesar de más de 30 años transcurridos, los problemas estructurales que desencadenan estos hechos siguen sin resolverse. Basta recorrer Ciudad Oculta y el Elefante Blanco para verlo, lo único positivo que pasó estos años fue el traslado del Centro N° 5 a un nuevo edificio, pero este traslado se hizo sin resolver los problemas de fondo.

Durante fines del año 2000, fui Director del Hospital Ramos Mejía, recuerdo que día por medio cruzaba la calle Urquiza para denunciar ante la comisaría N° 8, que se encuentra enfrente del hospital, robos que sufrían los médicos, enfermeras, administrativos y pacientes, así como también el robo de medicamentos en varios servicios: nunca la Policía pudo resolver estos problemas, lo cual demuestra que más policía no soluciona la inseguridad.

Desde mi experiencia puedo decir que cuando desde la dirección de un Hospital con inserción en la comunidad y participación de los ciudadanos en su administración, se logra contar con los insumos y recursos humanos necesarios para poder resolver los problemas de salud de los pacientes que lo demanden, se reducen al mínimo los conflictos con los pacientes y sus familiares, salvo algunos casos esporádicos.

Quienes acuden a un hospital lo hacen para resolver situaciones, en general, extremas, situaciones que oscilan entre la vida y la muerte y los problemas aparecen cuando no hay capacidad de resolución. Más allá de los problemas estructurales de una comunidad en donde un hospital esté inserto, “la bronca” aparece cuando no hay insumos básicos, cuando faltan recursos humanos, cuando se dan turnos con mas 60 días de demora, cuando la lista de espera para realizar una cirugía es de varios meses, cuando fallan los anestesistas, cuando no hay o no funciona la tecnología necesaria, cuando la prótesis no llega, cuando perduran en el tiempo los problemas de mantenimiento.

Cuando el equipo de salud se queda sin respuestas, son sus integrantes los que sufren las primeras agresiones. La “violencia” aparece cuando no hay explicación posible para aquellos que sufren, cuando no hay respuesta lógica para la falta injustificada de insumos y de recursos y sobre todo cuando, en general, los responsables reales no ponen el cuerpo y analizan la realidad desde un cómodo escritorio, alejado de todo problema de carne y hueso con alma y con historia, cuando los hospitales se burocratizan y los pacientes dejan de ser considerados como seres humanos y pasan a ser sólo un número.

Durante 5 años (2006-2011) fui Director Ejecutivo del Hospital Gandulfo de Lomas de Zamora y allí pude ver y vivir cómo la decisión política de un equipo directivo puede cambiar la vida de un ser humano o una familia.

Una buena gestión de un Hospital implica un gran compromiso y la ejecución de un proyecto sanitario transformador que pueda motivar a la mayoría de equipo de salud, si estas condiciones existen los hechos de violencia o inseguridad se reducen al mínimo, por lo menos esa fue nuestra experiencia durante esos años.

Como conclusión creo que, más allá del contexto geográfico y socioeconómico que circunda a una institución, el mayor reaseguro para que no se produzcan hechos de violencia es que los Hospitales recuperen el rol para el cual fueron creados. Esto es mas importante que la cantidad de policías o personal de seguridad, que son necesarios, pero que bajo ningún punto de vista puede pasar a ser el centro del problema, corriendo a un lugar secundario la mayor prioridad que debe tener un hospital que es un proyecto sociosanitario.

Las situaciones de inseguridad que se vivieron en el Hospital Santojanni, podrían ocurrir en el Piñero, el Penna o cualquier hospital de la Ciudad o la Provincia de Buenos Aires, porque en general el hilo conductor es la injustificada falta de insumos básicos y recursos humanos que deterioran la atención de miles de pacientes.

En lo particular lo ocurrido en el Hospital Santojanni expresa la carencia de un plan de salud y de seguridad para la olvidada zona sur de la Ciudad.

La desigualdad y las situaciones de irracional injusticia, más la ausencia del Estado son un cóctel explosivo que, más allá de los parches que se pongan, seguirá generando situaciones de inseguridad en nuestros hospitales, si esta situación no se revierte.



Dirigente de Aluvión Ciudadano
Médico diplomado en Salud Pública















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