"Quienes desde la lealtad se atreven a pensar y disentir, se diferencian en mucho de aquellos que ocultan con la obsecuencia la traición. Y también aquellos que con el cuento de la verticalidad ocultan tanto el oportunismo para sacar tajada personal como la mediocridad mental del que no se atreve a pensar".

Dardo Cabo

jueves, 21 de agosto de 2014

EL CAMBIO LO HACEMOS ENTRE TODOS





Para no volver a los 90’



Vivimos momentos importantes en la historia de nuestra Patria, el año que viene decidimos si retrocedemos y volvemos al pasado, o continuamos con las transformaciones y reparaciones iniciadas en mayo del 2003.

Para continuar construyendo una patria para todos, hay transformaciones que debemos mantener, otras que profundizar, y tantas otras que cambiar, para que muchas de las irracionales injusticias y desigualdades que aún sufre nuestro pueblo se puedan superar; ese es el Desafío.

La Ciudad de Buenos Aires es gestionada desde el año 2007 por el PRO y el Jefe de Gobierno, Mauricio Macri, es uno de los aspirantes a ocupar la Presidencia como parte de ese bloque de candidatos representantes de los poderes económicos y mediáticos, donde también se incluyen Scioli, Massa, Sanz, Carrió, Cobos.

Ocupa, según las últimas encuestas de intención de voto, los primeros lugares y si pensamos en la posibilidad de que se concretaran algunas alianzas, podría incluso, llegar a ser Presidente.

Esta sola posibilidad nos debe obligar a analizar de qué manera Mauricio Macri gobernó, durante estos últimos 7 años, unos de los distritos más ricos del país.

Gobernó sin respetar la Constitución de la Ciudad y, en muchos aspectos, violándola permanentemente. Aunque juró por ella, no respeta la división de poderes: vetó más de 109 leyes votadas por la Legislatura porteña, imagínense que ocurriría si en el futuro vetara mas de 100 leyes votadas por el Congreso de la Nación.

De acuerdo a la letra de la Constitución y de la Ley 1.777 el Jefe de Gobierno debería implementar las comunas, esto significa no solo crearlas sino, y principalmente, asistirlas financieramente. Por ley este año tendría que haber girado a las Comunas más de 3.500 millones de pesos, es decir, el 5% del Presupuesto de la Ciudad.

Lamentablemente, las comunas, a pesar de tener sus juntas comunales votadas en elecciones libres, no funcionan o lo hacen a medias, porque no cuentan con presupuesto y vienen sufriendo intentos de intervención por parte del gobierno porteño, que ha tratado de crear administraciones paralelas lo cual se ha frenado con la intervención de la justicia. Imaginemos si en un futuro Macri fuera presidente y decidiera unilateralmente no girar el dinero de la coparticipación federal a las provincias, cuando el presupuesto de muchas de ellas depende en más de un 80% de los recursos nacionales, o intentara intervenir a muchas de ellas creando mega organismos nacionales paralelos: ¿dónde quedaría nuestro federalismo, parte fundante de nuestra Nación?

El Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, triplicó su deuda llevándola a más de 1.500 millones de dólares sin invertir en escuelas, ni hospitales ni obras de infraestructura.

¿Qué pasaría si como Presidente triplicara la deuda externa nacional, como ya lo hizo en la Ciudad?

¿Para qué aumentar la deuda en una Ciudad que es rica?

Nuestra Ciudad cuenta con un presupuesto de casi 70.000 millones de pesos, de los cuales el 90% son recursos propios, entonces ¿por qué aumentó el déficit financiero en más de un 5% de su presupuesto?

Federico Sturzenegger, ex presidente del Banco Ciudad y actual Diputado Nacional por el PRO, fue uno de los responsables del Blindaje y el Megacanje donde nuestro país perdió más de 55.000 millones de dólares, razón por la cuál fue procesado por la Justicia. Si Mauricio Macri llegara a ser Presidente, este señor podría ser su Ministro de Economía.

El Jefe de Gobierno ya dejó absolutamente clara su posición respecto de los fondos buitres: pagar siguiendo las instrucciones del Juez Thomas Griesa, pagar aunque el país se hunda y, con él, el sueño de las próximas generaciones de argentinos.

Hoy, Macri afirmó que su bloque de Diputados del PRO va a votar en contra del proyecto de ley presentado por el Gobierno Nacional, que plantea el cambio del lugar de cobro para los bonistas que entraron en la restructuración de la deuda, estableciéndolo en Buenos Aires. Está claro que su prioridad es la especulación electoral y no la defensa de nuestra soberanía.

En estos días surgió una noticia que en el fragor del día a día pasó casi inadvertida: Macri acaba de firmar un acuerdo con la Municipalidad de Río Cuarto, constituyendo al Banco Ciudad en agente financiero de la ciudad de Río Cuarto, forzando el Art. 3 de la carta orgánica del Banco, y el Artículo 55 de la Constitución de la Ciudad (1). En esta medida hay algo que no cierra: si la Ciudad tiene déficit financiero, si no se otorga el presupuesto correspondiente a las Comunas tal como lo contempla la Constitución de la Ciudad y la Ley 1.777, ¿Qué hacemos prometiendo asistencia financiera a la ciudad de Río Cuarto? Si hay problemas, quienes deberemos afrontar al Banco Ciudad seremos nosotros, los porteños.

 Esta medida sólo se entiende como parte de la campaña política del Ingeniero Mauricio Macri, campaña política que, sin ningún tipo de tapujos, el PRO está dispuesto a que paguemos todos los porteños.

Desde ésta página, herramienta de expresión y difusión de nuestras ideas, venimos insistiendo en la importancia del cumplimiento de la Constitución de la Ciudad, entendiendo que los lineamientos de esta Constitución son un verdadero programa de gobierno que sólo fue puesto en práctica a medias por anteriores gestiones.

La Constitución de la Ciudad se sancionó el 1° de octubre de 1996: en aquel momento, me tocó con orgullo ser uno de los Constituyentes que la redactó.

Esta Constitución por la cual han jurado, no sólo el Jefe de Gobierno sino también los 60 legisladores de la Ciudad, otorga un marco para construir un estado autónomo, donde la división de poderes sea fundamental, donde las comunas se constituyan en el pilar central de la descentralización administrativa tan necesaria no sólo para resolver problemas que se suscitan en nuestros barrios en el día a día, sino también para tomar entre todos los vecinos las decisiones transcendentales para los barrios en los que vivimos, donde el presupuesto participativo y la participación activa de los ciudadanos sean ejes fundamentales de la nueva ciudad; un Estado moderno, autónomo, que construya una democracia con justicia social como lo plantea la Constitución de la Ciudad, un Estado solidario y activo que esté en condiciones de superar las desigualdades que la aquejan, un Estado capaz de ordenar su economía con crecimiento inclusivo y equidad, un Estado que instrumente las acciones necesarias para garantizar la seguridad ciudadana en todo su territorio.

Todo esto, sumado a otras propuestas de protagonismo de los ciudadanos como las Iniciativas de Ley y las Audiencias Públicas propuestas, los Foros, los Consejos Sectoriales y el Consejo de Planeamiento Estratégico, constituyen la base de aquello a lo que nos convoca la Carta Magna de la Ciudad, que no es ni más ni menos que la construcción de una Democracia Participativa, donde los ciudadanos puedan ejercer su rol de contralor y ejecutor de políticas de manera efectiva.

La Revocatoria de mandato del Jefe de Gobierno, instituida en el Art. 67 de la Constitución de la Ciudad es parte central de esta propuesta constitucional, está claro que en la Revocatoria se convoca a un referéndum donde votan todos los ciudadanos empadronados en la Ciudad, se vota por SÍ o por NO y somos los ciudadanos quienes decidimos de que lado estamos.

¿Cómo pensar que Mauricio Macri, que no respeta la Constitución de la Ciudad por la cuál juró al asumir, va a cumplir con la Constitución Nacional?

Macri en la Ciudad solo ha hecho maquillaje y marketing, sólo cumplió funciones de Intendente arreglando calles y creando carriles exclusivos para colectivos, pero nunca se constituyó en un verdadero Jefe de Gobierno.

Muchos ciudadanos han intentado presentar recursos de amparo para frenar tantos atropellos e injusticias, algunos han tenido éxito, otros atinentes a cuestiones centrales para la Ciudad han fracasado porque el PRO está dispuesto a pasar por encima de lo que ordena la justicia cuando se trata de garantizar los negocios especulativos o las políticas que favorecen a unos pocos en detrimento de muchos, si a esto le sumamos el blindaje mediático y la complicidad de una gran parte del arco político la Revocatoria de mandato aparece como el único instrumento legal y democrático para poder interpelar de manera directa a un modelo de gestión que cada día nos da más muestras de su modelo de gestión a la que muchos ciudadanos queremos decirle BASTA.

Y queremos decírselo ahora para no tener que lamentar en el futuro la vuelta al neoliberalismo que tanto mal le ha hecho al país, que fue la antesala de la tragedia del 2001, para que no tengamos que ver de nueva esa película. La Constitución de la Ciudad nos da la oportunidad de hacerlo ya, democrática y legítimamente, con participación real y concreta de la ciudadanía porteña, sin esperar a que Macri termine su mandato.

Si esperamos a las próximas elecciones será demasiado tarde, es necesario decidir si avalamos esta manera de gestionar o no, sin depender de los acuerdos en la Legislatura muchas veces realizados a espaldas de los votantes, y sin tener que someternos a los vaivenes y las complicidades de la justicia, con la Revocatoria decidimos todos los porteños, sin ningún tipo de condicionamiento, sólo nuestra conciencia y nuestro voto.

EL CAMBIO LO HACEMOS ENTRE TODOS, PARA NO VOLVER AL PASADO

¡¡¡ESTAMOS A TIEMPO!!!






NOTA:

(1) ARTICULO 55.- La Ciudad debe tener un sistema financiero establecido por ley cuya finalidad esencial es canalizar el ahorro público y privado, con una política crediticia que promueva el crecimiento del empleo, la equidad distributiva y la calidad de vida, priorizando la asistencia a la pequeña y mediana empresa y el crédito social.
El Banco de la Ciudad de Buenos Aires es banco oficial de la Ciudad, su agente financiero e instrumento de política crediticia, para lo cual tiene plena autonomía de gestión.
La conducción de los organismos que conformen el sistema financiero se integra a propuesta del Poder Ejecutivo con acuerdo de la Legislatura, que debe prestarse por mayoría absoluta.



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